hidden track

fue canción debut, fresca, rompedora, la llave que abre las puertas del prestigio a los grupos que empiezan, los que tienen cosas importantes que contar y cantar. después siempre sería la canción fundamental de cada disco, esa que todo el mundo reconoce y retiene en la memoria. la última vez, sin embargo, fue single de lanzamiento, la canción que los escuchadores esperan ansiosos con las orejas de punta, como termómetros sonoros, para tomar la temperatura del nuevo álbum. desgraciadamente, en aquella ocasión la temperatura fue más bien fría, indiferente, quizás porque los escuchadores siempre tienen un inmisericorde grado de exigencia y no perdonan que las nuevas canciones no suenen con la excelencia de las anteriores. quizás porque, muy probablemente, ya era incapaz de saltar listones tan altos. ahora era una hidden track, esa canción oculta de los CD que sólo se escucha al final, pasados unos segundos en blanco, cuando ya crees que ha terminado todo. allí estaba, dispersa en aquel disco compacto, lejos de las otras canciones, olvidada en los confines del policarbonato de plástico, sumida en un silencio brillante, terrible. hasta que un día llegó la luz. quizás un escuchador se dejó el CD puesto mientras fregaba los platos, se afeitaba la barba o algo así, pero el caso es que el reproductor rebasó la frontera de los segundos inertes y el haz del láser por fin llegó, acariciándola firmemente, para hacerla sonar. y sonó, inmaculada, límpida, sonó rotunda, de principio a fin, y se sintió viva, después de tanto tiempo. aquel día, desde su rinconcito oculto, la canción oculta fue feliz, y volvería a ser feliz en muchas otras ocasiones, cada vez que percibía el murmullo encabritado de la canción anterior al ser reproducida con supervelocidad para llegar antes a ella, la hidden track, y hacerla vivir de nuevo. entonces la canción oculta no podía ocultar la sonrisa.