lucía érnaga

siempre en pesadumbre, lamentaba su ausencia de brillo: ¿porqué no puedo ser iluminante como las demás? cada vez más taciturna se escondía del mundo cada vez más, encogiéndose sobre si misma, en un ovillo de menosprecio, hasta que de tanta introspección se vio algo por dentro, en el fondo… una luz… ¿es posible? (dijo) yo también brillo!! lucía érnaga, dichosa, agitó fuerte las alas, había aprendido a mirarse por dentro, sin miedos, y en su vuelo iluminó el cielo.

6 comentarios:

  1. ...y entonces, solo entonces, descubrió que en la inercia de la luz se pude volar sin alas...

    (Que grande eres, Raúl...y que grande todo lo grande que habita en tí..)

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  2. wow!! qué remate, final perfecto.
    (jo, gracias. me has dejado como flotando, a pesar de mis grandezas)

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  3. Que la luz de "lucía érnaga" hoy me ilumine también a mí.

    Besos

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  4. Absolutamente...original!

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