- ya, si lo sé, patri, perdóname, no sé qué me pasa últimamente
- bueno, no pasa nada, pero procura no dislocar las cosas, vale? tenemos algo muy bonito como para estropearlo con gilipolleces absurdas
- vale, te juro que no lo haré más, es una estupidez tratar de encontrar grietas constantemente, siempre con las uñas afiladas, urgando
- bueno, cielo, no te agobies tampoco. vamos a cenar, vale?
- ok, voy lavarme las manos
(manuel, a gritos, desde el aseo) - ¿quién ha apretado el tubo de pasta de dientes por la mitad, eh? ¿quién? ¿tan difícil es apretar bien, cojones, para repartir el dentrífico racionalmente?
(patricia, murmurando, en la cocina) - labenditamadrequeloparió
Cuando hablas con un hombre, primero hay que cerciorarse de que no está en la caja vacía...No te hará ni caso y seguirá a lo suyo jijiji
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=WwVS1zZ5Avc&feature=related
Ufff...la convivencia y las pequeñas manías... Me confieso obsesionada también con el tubo de pasta de dientes, con las toallas bien puestas y con los botes de champú siempre cerrados...y eso solo en el baño...:P
ResponderEliminarjajaja :-)¡hasta los cepillos se cabrean! ayyy... la convivencia... es lo que tiene... jajaja... hay que saber ceder en determinadas cuestiones, aunque... ¡qué nadie se espere cambiar a nadie! jajaja... :-)Creo que a manuel y patricia les irá muy bien... dentro de diez años seguirán chillando por lo mismo... o no... jajaja...
ResponderEliminar¡saludos!
Jajajajajaja, es espléndido este post. Romperé una lanza en favor de Manuel: el tema de apretar el dentífrico o dejarlo sin tapón a mí personalmente me cabrea...
ResponderEliminarBesos matinales.
Cuando pasta, tapones, geles, limpieza, distribución de la nevera,... acaban siendo más relevantes que la salud mental de tu pareja, mejor hacérselo mirar (uno y/u otro)
ResponderEliminarSi es que la convivencia es muy complicada, ¿no?
ResponderEliminarjejeje que típico, esas pequeñas cosas del día a día, pero al final siempre acaban con una sonrisa
ResponderEliminarjajaja..yo tambien tengo mis manias y hasta la manera de doblar la ropa o colgarla en el armario, si alguien lo ha hecho por mi quedara como no quiero y tendre que volverlo a hacer!! En la convivencia: paciencia, senor paciencia y buen humor!
ResponderEliminarLo leo una vez y sonrío.
ResponderEliminarLa segunda vez que leo me imagino la escena, sus voces....
Lo leo por tercera vez; no sonrío, no imagino, no pienso...¡es el principio del fin!.
Te dejo un beso Raúl.
Para mi que Manuel sí que está decidido a ser menos irascible, pero ocurre que lo de "no apretarás el tubo de dientes por la mitad en vano" venía en los diez mandamientos, y hablamos de un tipo muy religioso...
ResponderEliminarUy... eso puede ser motivo de ruptura...
ResponderEliminarBesicos
Jajajajaja, viva el amor. Hace poco llegó a mis oidos un caso que me sorpendió con detalles similares de un machito excesivamente puntilloso y quisquilloso. Abrazo, mastercompi.
ResponderEliminarSi solo es eso... ahora que si ya la cosa escora a la fobia a las toallas torcidas y a otras imperfecciones, ya parece de "Durmiendo con su enemigo" y lo mejor es aprender a nadar y guardar la ropa.
ResponderEliminarAl momento de casarnos deberían regalarnos un manual de instrucciones el que habría que firmar cual libreta de matrimonio civil.
ResponderEliminarLuego de añares de convivencia me animo a decir que las reglas de juego matrimoniales suelen ser más simples de lo que otros creen, claro que hay que conocerlas y acatarlas.
Eso no quita que tengamos momentos de hastío como puede tener cualquier ser humano ... y los casados más!!
saludo
hay varias lecturas posibles, sí, desde la más liviana, en plan humorística, hasta la más gravosa. ni uno ni otro, tragicomedia, quizás, como la vida misma. no sé, yo creo que la convivencia es algo muy sencillo cuando compartes la vida con la persona adecuada. cuestión de acoplamiento, supongo.
ResponderEliminarEl secreto está, creo yo, que los dos cedan a partes iguales en las manías de cada uno. Sí, ya sé que es difícil y hasta utópico, pero por intentarlo que no quede...
ResponderEliminarY ella tenía mientras que aguantar que no subiera la tapa del bater y siempre cayeran esas molestas gotitas....Cada uno tiene sus cadaunadas!
ResponderEliminarpara mí también es algo sencillo, fácil, por qué complicarlo con manías tontas?
ResponderEliminarYo tampoco pude evitar acordarme de Durmiendo con su enemigo. Pero ya se nota que el tono es mucho más cordial.
ResponderEliminarA veces los detalles del otro pueden desquiciarte... pero si ves que hay un esfuerzo por amoldarse, todo tiene solución.
Por ej. yo no soporto que me dejen el mando de la ducha para arriba, porque siempre acabo emapapándome cuando no toca, y él no soporta que me olvide de enchufar el termo... por razones obvias... jaja
Es curioso que sea en el cuarto de baño donde se acumulan los detalles más molestos ¿no?
Sí, vale, es verdad... Es mucho peor lo mío...
ResponderEliminarPero lo estoy corrigiendo eh. Y él a veces también se olvida...
Que bonito cuento [tan hiperrealista]
ResponderEliminarPero que haríamos si no podemos reirnos de nosotros mismos?
Qué de manias personales tenemos, pero con la pareja te vuelves más no??? jejeje
ResponderEliminarme encanta la racionalización previa en la conversación....
ResponderEliminarjajajajajajaja!
un abrazo :D
sí, la verdad que hay que relativizar, pero es que apretar la pasta de dientes desde elcentro, menudo crimen, jajajajaj
ResponderEliminar^_
ResponderEliminarHombres, que paciencia. LA suerte que tengo de la paciencia infinita de la Ornitorrinca que comparte su vida conmigo. En fin...
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