contemporizando
por las noches contaba hasta diez con los ojos cerrados para espantar monstruos. pensaba que si al abrir los ojos no aparecía ninguna criatura nocturna se salía con la suya y consecuentemente ya podría dormir completamente a salvo. cuando dejó de ser un niño contaba hasta diez si se cruzaba con una chica guapa. a veces la chica se volvía para mirarle y entonces podía apuntarse un tanto en su ego-contador. al discutir, ya de mayor, con la gente que le quería, fingía huidas y contaba hasta diez hasta escuchar un “espera, no te vayas” para darse la vuelta, victorioso. en su última huida, después de una discusión en plena calle, entretenido en contar, no escuchó el chasquido de la cuerda al romperse, de tanto tensar, y sólo pudo adivinar la sombra creciente de un piano, que cayó sobre él con todo el peso de la honesta espontaneidad, aplastándole.
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Pobre.
ResponderEliminarMe hace reír mucho un vídeo que está en youtube. Si en el buscador pones "alien i will survive youtube" te vas derechito.
Me ha gustado el relato y esto del conteo, aunque el protagonista haya tenido este tragico final. Siempre solemos sumar tiempo a todo, y en otras ocasiones, solemos descontar las horas, por ejemplo, para llegar al fin de semana!
ResponderEliminarMenudo final tuvo "el contador". Lo del piano me recuerda al anuncio de la cafetera de George Clooney, por cierto, ojalá al levantarme e ír a la cocina a preparar el desayuno estuviera el George con la tacita esperándome:))))
ResponderEliminarBesos
me encanta ... tu mente dibuja la escena al leerlo... que chulo..
ResponderEliminarQue bueno, me gustó mucho el relato
ResponderEliminarMuy chulo...pero qué trágico el final! :)
ResponderEliminar¿Buena o mala técnica esperar contando?, quizá mejor contar para actuar uno mismo, en lugar de esperar reacciones.
ResponderEliminarDe cualquier forma, siempre existe el riesgo de que te tiren un piano a la cabeza.
Muy bueno... :)
supongo que la honesta espontaneidad debe resultar tan pesada para el fingidor que incluso lo aplaste, como un piano desde un noveno.
ResponderEliminarsoy aficionada los microrrelatos en los que se mata al protagonista en tres palabras en la última línea
Precioso y triste.
ResponderEliminarQuizá si hubiese contado hasta diez...
ResponderEliminarBesicos
Se ve que ignoraba que no hay que abusar de las palabras mágicas; unas veces pueden servir, pero muy repetidas...se vuelven en contra.
ResponderEliminar¡Magnífico!
Te dejo un beso Raúl.
bufff me ha gustado mucho! Voy a mi cuarto, espero que no se haya precipitado el piano por el balcón!jaja
ResponderEliminarEspontaneamente...Bueno ¡¡¡
ResponderEliminarjejeje...¡es que no hay que pasarse de contar!:lo ideal es alcanzar el término medio.Y así,en vez de caerte un piano en la cabeza,te cae una maceta,que te mata igual pero es menos...sonora.
ResponderEliminarTe superas.Cada vez escribes mejor.Un b7
Contare hasta diez . . . . . . . . . . genial!
ResponderEliminarMe ha gustado, incluido el terrible final. ¿Venganza del destino?
ResponderEliminarme he quedado sin palabras
ResponderEliminarde verdad.
Eso por hacer crecer su ego-contador y no mirar a su alrededor
ResponderEliminarbuen finde
Impactante final, buen desarrollo... Perfecto... :-)
ResponderEliminar¡¡Un abrazoOOO!!
PD:"we recycle, George..."Jajaja...
Un relato chulísimo, Raúl, no siempre simular huídas resulta bien. Gracias por pasarte por mi blog y perdona la confusión. Saludos.
ResponderEliminarQue bueno!!! leo muchos relatos en los blogs! a ver si un dia nos ponemos de acuerdo y hacemos algo juntos!
ResponderEliminarUn saludo!!!
Jajaja, que bueno. Me gustan estos finales.
ResponderEliminarUn saludo.
Buenísimo, compadre. Yo contaba ovejitas hasta 100 y todavía espero miradas de 100 hembras de buen ver. Ah, y espero que cualquier día de esos que estoy en la parra no me caiga un piano.
ResponderEliminarque bonito!! es genial contar hasta 10! y lo del piano... me recuerda a el anuncio de nespresso de George Clooney :)
ResponderEliminarBesotes!^^
¡Hola!
ResponderEliminarCosas que pasan.
Saludos de J.M. Ojeda.
Feliz Navidad, Y Prospero Año Nuevo.
¡Jo! Qué bueno.
ResponderEliminarpues sabes qué? que mucho mejor un piano que una maceta.
ResponderEliminarLa música por encima de todo!! (hasta de un ego-contador:)
he aparecido por aquí casualmente y me ha gustado.
ResponderEliminarFelicidades por tu blog.
Un saludo
Muy bueno! Bendita la espontaneidad...incluso en este caso:)
ResponderEliminarJodeeeeeeer, mira que con el final me has matado. Me ha encantado, pero el final... espero el piano fuera barato :P Ups!! Un CAsio o algo asi... :P
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