interpretasoneando

un viejo teclado heredado de mi padre, que desistió del auto-aprendizaje fascicular pese a completar la colección "aprenda a tocar el piano", es el único cacharro electrónico que tengo. es un gusto hacer música al margen de la tiranía del ratón, la verdad, aunque sean melodías patateras, como ésta, grabada con el microfonillo de plástico que me regalaron al comprar el pc (más cutre imposible, siento la baja calidad del sonido). se trata de una especie de canon que inventé hace un tiempo, todo de oído, claro. hacía años que no tocaba, así que hay fallitos perceptibles, a causa del oxidamiento, y bueno, mis nociones de solfeo, posicionamiento de manos (la izquierda parece un escorpión!), pues son muy elementales, de estar por casa, vamos. tengo en mente ahora adquirir un cacharro nuevo para seguir haciendo cosas fuera de la pantalla del ordenador, aunque lo que realmente me gustaría es tener una habitación como la de la foto... ayys, qué bonito es soñar!!