vissi d´arte

cuando maría callas representó tosca de puccini en el covent garden en 1964 ya sabía que aquella sería su última actuación en el mundo de la ópera. tenía 41 años, y su carrera había sufrido un vertiginoso declive. la decadencia comenzó desde el mismo momento que conoció a aristóteles onassis, en 1959, dando lugar a una tormentosa relación. la diva abandonó a su marido de entonces con la esperanza de que el magnate griego contrajera matrimonio con ella, circunstancia que, excusa tras excusa, nunca se produciría. tampoco cuando perdieron al hijo que tuvieron juntos, sólo unos días después de su nacimiento. cuando la callas subió al escenario del covent garden aquella noche, cuando ya nadie confiaba en su genio, cantó desde la zozobra, desde la tristeza auténtica, cantó que “vivió de amor”, que “nunca hizo daño a ser viviente” y estalló preguntándole a dios porqué le pagaba de aquella manera, en una nota sostenida que tuvo que dejar al público sin respiración. poco tiempo después onassis la abandonaría definitivamente para casarse con una amiga íntima de la soprano, jacqueline kennedy…