estos pequeñuelos tienen un oído finísimo. vamos, que saben distinguir a rajmaninoff de korsakov con la primera semifusa. los jerbos son susurrantes, no necesitan gritar nunca, y se gastan una fortuna al mes en bastoncillos orejales. es difícil verlos, siempre se van -con la música- a otras partes.
Qué maravilla, muchas personas deberían aprender, NO ES NECESARIO GRITAR PARA HABLAR, jejej.
ResponderEliminarQué monísimos son por favor.
q gracia! va enserio q ese animal existe..?
ResponderEliminar... yo quiero uno...
... y qué lástima que estos animalillos estén en peligro de extinción !
ResponderEliminarclaro que existen, son animales del desierto, y tienen la relación oreja-cuerpo más grande del planeta. son escurridizos, muy difíciles de retratar. además, lamentablemente, ya quedan pocos.
ResponderEliminarMuy bueno tu texto y el juego de palabras, la imagen
ResponderEliminarme ha gustado
Abrazos desde Miami
Una monada.. bueno, una ratonada.. jajaja. Son roedores ¿no?. Simpáticos bichitos, y tan discretos.. Con ese rabo tan largo acabado en plumerillo.. y esas orejotas. Parecen animales imaginarios..
ResponderEliminarNo deja de maravillarme la diversidad de especies. ¡Y las que nunca conoceremos!