llovía, y todo el mundo cantaba. era una situación extraña pasear por la calle y comprobar cómo la gente entonaba melodías sin ningún complejo, unos entristecidos susurrando baladas, otros jubilosos tarareando alegres sones... resultaba desconcertante que nadie mantuviera el silencio distante habitual del viandante que mira al suelo, ajeno a sus congéneres. todos cantaban, contagiados de algún tipo de virus musical. como ya llegaba tarde a una cita, no tuve más remedio que cruzar la calle y abandonar el cobijo de un portal para mojarme con la lluvia. el contacto de las gotas hizo que me nacieran, ante mi sorpresa, muchas emociones internas, relampagueantes, y provocó el canto en mi también, así, de súbito, irrefrenable. miré al cielo tratando de entender y reparé en que las gotas de lluvia eran negras, con rabito, como las notas de un pentagrama. no quise analizar demasiado aquella alucinante situación, más propia de un cuento de disney, pero agradecí enormemente aquella lluvia de notas que me arrancó emociones del estómago para cantar, dichoso, limpiándome por dentro.
Una lluvia de notas musicales que también limpia por dentro:¡ qué bonito!!. Ojalá lloviese siempre así.
ResponderEliminarUaaauh, muy gráfica la imagen de una primera llovizna de redondas hasta una torrencial avenida de fusas y semifusas. Contagioso y contagiable, me apunto, a ese efecto Gremlin.
ResponderEliminar:)
Lluvia interna.
ResponderEliminarSituación extraña, como dejas. Y más en estos tiempos que corren.
Lo celebro. plasplas!
Saludos!
Relato precioso, me ha venido a ca cabeza, que con el saldría un corto intenso y surrealista, el agua que todo lo purifica, agua de música.
ResponderEliminarCuantas emociones se guardan en el estomago...Muy chulo eh!!
...
ResponderEliminarY si las gotas de lluvia eran negras, con rabito, llenas de emoción... que no blanqueen en lo que queda del día.
Yo sigo cantando bajo la lluvia, aunque modulen gallos. ¡Menuda fiesta!
Precioso relato. Yo quiero empaparme de esa lluvia musical.
ResponderEliminarUn saludo.
un relato original y muy lindo. Cálido.
ResponderEliminarHermoso tu relato.
ResponderEliminarYo esto ya lo había soñado...Y también estuve lloviendo.
:)
Ohhhhhhhhhhhhh! Qué bonito!! Siempre he querido que mi vida, en algún momento, se convierta en un musical. Te envidio! jejeje!
ResponderEliminarSaludos
Muy bonito. ¿Qué decir después de tu relato...?
ResponderEliminarQué bonito!!!!!! Me ponen feliz tus relatos... y por cierto, gracias por el video de Gene Kelley... qué delicia!!!!!
ResponderEliminarJusto ayer vi cómo se caía el cielo en mi ciudad y pensaba en todas las formas que puede llegar a tener la lluvia.
ResponderEliminarCurioso. Es bonito coincidir en pensamiento contigo.
Muchos besos.
Raúl...me encanta ver llover, el relato me trae muchos recuerdos, al igual que también lo hace la lluvia, es imposible que no me acuerde de alguien en concreto.
ResponderEliminarBesos. Muaaacks.
Genial, es cierto mágica y misteriosa lluvia...
ResponderEliminarPlacer es también para mi, la lluvia y leerte!!!
no esperaba menos de ti, sinestésico amigo...
ResponderEliminarEso es quizás lo que necesitaríamos, lluvia de notas musicales, quizás algunos males desaparecerían con la llegada de la lluvia...
ResponderEliminarMuy grande Raúl!!!
ainss me ha encantado XD, yo, cantar... bueno no me suelo aventurar más allá de la ducha, pero más de una vez he dado algún saltillo agarrada a la farola en plan Gene Kelly, es una gozada : ) Abrazote
ResponderEliminarEs inevitable rendirse al sonido melódico que la música envuelve el cuerpo, que estando frío, repara en la candorosa energía que lo abraza.
ResponderEliminarMuchas imagenes en el cuento, mucho ritmo. Me gusta.