undromedarioenandrómeda

llevaba mucho tiempo doblegado, rumiando y rumiando sus pensamientos. la joroba, cada vez más vacía, se le hacía insoportable, por momentos. el peso de la ausencia le tenía verdaderamente jorobado. y la arena, en los ojos, el impío sol, y en la noche, el silencio. pensó en agua y al sentir la angustia de su depósito seco ya no quiso rumiar más, y despacio, con esfuerzo, casi descoyuntado, se puso de pie, regio. "joer!" exclamó, porque casi no recordaba lo grande que puede ser un dromedario cuando mira desde el cielo, y con pasos largos se fue a encontrar algún oasis, sin temor al espejismo, a calmarse los deseos.

(8 octubre 2007)